El éxito de todo emprendimiento requiere tener un "para qué" bien definido, enfocado en brindar mejor calidad de vida a las personas, luego se establece el cómo y se puede "pasar a la acción".
Embarcarnos en un proyecto por la mera finalidad personal de solventarnos económicamente a nosotros mismos nos coloca en un lugar de hermetismo que difícilmente nos conduzca a un logro perdurable. De igual manera, hacer lo que nos apasiona sin considerar cómo ganaremos dinero con ello nos estanca y acabamos frustrados.
En ambos casos, los ejes deben estar centrados en cubrir necesidades del entorno, en mejorar la calidad de vida de las personas. Cuando estas condiciones se son congruentes entre sí, el éxito interior es inquebrantable, independientemente de los factores externos.
En el proceso es fundamental establecer objetivos en lapsos de tiempo razonables, sin ansiedad, sin expectativas y siendo absolutamente flexibles en el camino hacia la meta.
El principal hábito para emprender en tu proyecto es “Ser y Contribuir”. Ser implica una íntima conexión con tu talento natural y Contribuir se refiere a todo lo que podés aportar al mundo desde ese talento mejorando la calidad de vida de vida de las personas y aportando bienestar. ¿Quién se resistir a tener una vida mejor? …
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