Nuestras acciones nos conducen a ciertos resultados. Pero, muchas
veces nos quedamos esperando las ganas. Tenemos la creencia de que el
entusiasmo llega primero y el hacer después.
Despertar a nuestro “Genio Interior” desde la mejor versión
de nosotros mismos es el regalo más grandioso que podemos otorgarnos cada día. Cuando
nuestro potencial se activa por iniciativa propia no hay obstáculos que nos
impidan avanzar.
Sin embargo, debemos tener suficiente determinación,
claridad en el propósito de lo que hacemos para que el faro sea visible y el
camino se ilumine naturalmente.
Cuando la causa es clara, nuestro estado anímico se
desprende de la incertidumbre y podemos elevar nuestra estructura sobre una
base firme.
La claridad la logramos cuando observamos el entorno,
cuando detectamos una necesidad en el mundo que nos rodea y reconocemos desde
nuestro potencial las cualidades propicias para cubrir esa necesidad. El Genio
Interior se despierta cuando asumimos el legado personal, la hulla que deseamos dejar en la humanidad.
¿Cómo te gustaría que te recuerden?. No olvides que un
mundo mejor lo hacemos entre todos.