¿Para qué postergamos?. Es una pregunta que hasta podría parecernos ambigua. Sin embargo, nos abre un camino, ya que el “para qué” nos conduce a entender qué es lo que nos estanca y reconocer hacia donde queremos ir. Si nos preguntamos ¿Por qué?, en cambio, nos deja dando vueltas y vueltas en una situación que simplemente pasa ante nosotros como una película en la cual no estamos involucrados. Por ende, el “para qué” es activo y evolutivo; el “por qué” es pasivo y descriptivo.
Entender el “para qué” de nuestras actitudes a veces nos puede llevar un tiempo más largo del que necesitamos a manera resolutiva. Por eso, yo lo combino con la regla de los 5 segundos regresivos.
Es un poderosa técnica creada por Mel Robbins, quien explica que se trata de aplicar el poder de un “momento de empuje”. Esta regla nos permite centrarnos en el momento presente, tomando el mismo impulso que toma un cohete al ser lanzado al espacio.
Entonces, antes de hacer algo será vital no pensar, ya que nuestra mente encontrará excusas y evitará los atajos que nos hagan más productivos.
Por consiguiente, cuando surge una idea impúlsate para tomar acción: 5 – 4 – 3 – 2 – 1 Y…. A EMPRENDER EN ACCIÓN!!!
CHAUUUUUU … ME VOY A PREPARAR EL CURSO: “Cómo concretar lo que quiero”.